Después; no nos quejemos...
"Sí, las primaveras podrían haberte necesitado. Algunas estrellas esperaban de tí que las descubrieras. Un oleaje se elevaba hacia tí en el pasado o, cuando pasaste por una ventana abierta, se entregó un violín. Todo eso era tarea. Pero ¿la llevaste a cabo? ¿No estuviste siempre distraído por espectativas, como si todo te anunciara una amada? (Primera Elegía del Duino, versos 29ss, Rainer María Rilke).
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