El problema político no reside en el liberalismo ni en el socialismo...

El problema no lo tienen las ideologías. El hecho de que nuestro convulsionado mundo no obtenga las respuestas para un proyecto de una humanidad más promisoria no reside en el liberalismo ni en el socialismo. Ni en las variantes que ofrecen ambos. El problema radica en la imagen del hombre que sustentan ambos. Ambos suponen saber qué es el hombre y, partiendo de este supuesto, despliegan sus respectivas concepciones y prácticas políticas, sociales y económicas. Pero saber quienes somos no es tarea fácil. Y si no empezamos a sospechar de nosotros mismos difícilmente podamos solucionar nuestros propios problemas. No sabemos quienes somos no por carencia, sino por exceso, por exceso de ser. Seriamente considero que las ideologías (y sus respectivos humanismos) desprecian en rigor la capacidad humana..., hay un pesimismo implícito en las mismas que nos ha conducido a este atolladero global en el que mostramos nuestra propia ineptitud. Queremos ser felices, pero NO sabemos bien en que consiste la posible felicidad, creemos saber quienes somos a partir de los datos que nos dan las ciencias, pero la ciencia solamente nos sirve para ayudarnos a sobrevivir y no nos da la respuesta adecuada. ¿Es tan difícil aceptar los límites? ¿No es más digna una existencia en el respeto del limite que una vida que sobrevive suponiendo que tiene las respuestas adecuadas? Como fuere, tal vez aún estemos a tiempo para elegir...