lunes, 1 de noviembre de 2010

A la intemperie...


Pensar a la intemperie; no un pensar sin supuestos, sino un pensar que vislumbra sus supuestos y es respetuoso de sus límites.
Amar a la intemperie; no implica un amor incondicional proyectado en la eternidad de un "sí" en un tiempo inexistente, sino un amor que sabe que en cada abrazo y cada caricia destella la promesa aún en medio de la fragilidad de los vínculos humanos.
Rezar a la intemperie; no es hablarle a un "Dios" presente, sino sentir la bendición de su ausencia que nos permite seguir confiando en la brumosa e insondable existencia.

4 comentarios:

  1. me gustó eso de rezar a la intemperie y esa definición de Dios...excelente...

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  2. Ciertamente, la apariciòn de un Dios visible, eliminarìa el concepto de FE.

    cuantas cosas cambiarìan! que mèrito traerìa el ser "creyente"?

    Las cosas deben ser, como son.

    Un abrazo.

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  3. El amor en la fragilidad de los vinculos humanos.
    Como decia Heraclito y su teoria de los opuestos
    Fuerte-fragil, una misma cosa. No es uno sin el otro.
    Y nosotros, los seres humanos somos un poco todo...
    Lali

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