Hay veces que la razón o el motivo del viaje pasan a segundo plano. Lo que prevalece es la conjunción entre el viajero y el rumbo. Todo parece unificarse. Es manejar disfrutando de la invitación del paisaje.
lunes, 5 de julio de 2010
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Nada como viajar un poco sin rumbo, tener una conversación "trivial" acompañados sólo por un mate o decidirnos a "hacer nada". Son momentos regenerativos imprescindibles!
ResponderEliminarcomo una meditación,no?
ResponderEliminarlindísimo!
es cierto, y escuchando música uno termina integrándose al paisaje... Abrazo!
ResponderEliminarGran momento presente ahí, junto al camino, el paisaje, algo de música. Nada que dejar atrás ni hacia dónde ir, simplemente disfrutar. Buenísimo momento! Me encanta cuando puedo estar en "modo viajera". Momento de relax total...
ResponderEliminarQué lindo sería conducirnos por lo cotidiano con la alegría y expectación de un viaje !
ResponderEliminarDespués de todo, nuestra vida es un viaje un poco, sólo un poco, más largo.
Creo que lei algo sobre este tema en otro blog, de www.ryanholiday.net. Es un joven que lee mucho. Creo que lo que nos agrada de viajar, segun lo que lei y comparto, es como que formamos parte de una narrativa, como que somos protagonistas de una pelicula. en un punto, es una sensacion placentera pero no real. O sea, nos pone un poco en la realidad. Esto se ve tambien si pones musica en el coche, es como que te sentis realmente parte de una pelicula, con la musica de fondo.
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