domingo, 18 de abril de 2010

La sexualidad abierta y sus enemigos.



La frase no intenta emular el conocido texto de Popper (La sociedad abierta y sus enemigos). Sin embargo intento reflexionar sobre la sexualidad más allá de sus mandatos socio-culturales.

Si durante muchos siglos, en Occidente, la sexualidad fue reducida a mero medio de reproducción (mandato religioso, eclesiástico), en la actualidad la sexualidad es uno de los principales temas del nuevo imperativo del goce. Al respecto el filósofo esloveno Slavoj Zizek afirma que "el problema de hoy no es liberarse de las inhibiciones para el goce sino más bien liberarse del mandato que dicta: ¡goza!"

Esta frase me parece relevante ya que el nuevo mandato, el "deber ser" parece haberse trasladado hacia "debes gozar". Obviamente que el plano sexual es el más próximo a dicho imperativo.

Una sexualidad cerrada sería entonces tanto aquella que afirma que su fin es la procreación como aquella que ahora nos dice que su meta es el goce, el goce por el goce mismo.

Desconfío de ambos mandatos ya que posiblemente desconozcan lo específicamente humano del plano sexual, a saber; su sentido errante. La sexualidad, más que el deber hacia la procreación o hacia el goce, nos invita a pensar nuestra condición nómade, finita, en parte misteriosa y errante.

Se trata pues de mantenerse en aquella inestabilidad, de ser fieles a la errancia sexual que por ser imposible de dominar se desliza de todo posible mandato social y refleja nuestro rasgo específicamente humano.

8 comentarios:

  1. Lo que más me resuena de todo el relato son los "mandatos" qué cagada! no? Abrazo

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  2. ¡¡sexualidad gran tema, gran misterio, gran encuentro cuando se da... y creo que en todo vínculo amoroso y más allá del cuerpo está presente,
    y aunque ya lo dijo Freud creo que muuuucho de todo lo que vivimos tiene que ver con ella misma!!
    buenísimo Deli!! cómo está el blog amigo lindo!

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  3. Los extremos, los malditos extremos, y nosotros que somos aprendices del término medio, navegando a dos aguas, aprendiendo y sufriendo en el mientas tanto.
    En particular leerte me ubica, me reubica desde el pensamiento.

    Abrazo!

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  4. Lindo post Ric, y lo primero que me sale decir al respecto es que la sexualidad no responde ni obedece a ningún imperativo.
    Y me pregunto: si la sexualidad es errante, como decís, qué hay de practicarla con una persona estable como es una relación amorosa?
    Coincido con la errancia y el verdadero rasgo humano de la sexualidad ante tanto mandato social, pero acaso no se logra desarrollar más cuanto más se practica con el mismo cuerpo? Se conocen, y de ahí se satisfacen, y ahí no hay sociedad que valga...
    Digo, un parecer que me pareció valía la pena aportar.
    Un abrazo!

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  5. Sí Ricardo. Pero tal vez no exista sexualidad sin mandatos. Posiblemente a la sexualidad siempre la acompañe algún tipo de mandato. Obviamente que hay culturas donde los madatos no son tan alienantes. Tal vez de eso se trate; de configurar un mundo donde el mandato no sea tan punitivo.

    Un abrazo!
    R.P.

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  6. Gracias Xime!

    Totalmente. A veces me pregunto cuál hubiera sido el "destino" del cristianismo si su ética no hubiera estado tan reñida con el sexo.

    Empatizo contigo amiga!

    Besotes!
    R.P.

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  7. Claro Magah; pero mirale el lado bueno. Vos lo dijiste; ser aprendices. Asumir eso ya nos libera bastante y nos abre a futuras perspectivas.

    Un gran cariño!
    R.P.

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  8. Qué tema te fuiste a buscar, Deli! La sexualidad es misteriosa, definitivamente. El goce está presente desde siempre -ya nos hubiéramos extinguido hace tanto tiempo, sinó- si bien es cierto que ahora es un objetivo en sí mismo. Y esa característica acentuada, el énfasis en ella, es lo que ha desvirtuado esa posibilidad de navegar en equilibrio entre sus aguas, totalmente...

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