viernes, 27 de enero de 2012

Elmar Altvater: La ecología nos señala los límites del capitalismo

El capitalismo llega a su fin: la actual crísis "financiera" mundial no más que un aspecto superficial del mismo. Pero los verdaderos límites del capitalismo se muestran en realidad en su cabal incapacidad política-social. La brecha cada vez mayor entre la opulencia y la miseria es posiblemente una de sus manifestaciones más cabales. Y no solamente a escala socio-cultural el capitalismo está mostrando sus límites sino, preponderantemente, en sus devastadores efectos "ambientalistas". Basándo su funcionamiento sobre la explotación de las energías fósiles, el capitalismo no solamente pretende ignorar minimizando las grandes devastaciones ecológicas sino que escamotea la posibilidad de la exploración e utilización de las energías renovables.



Elmar Altvater, al que volveremos en posteriores posteos, es uno de los críticos más interesantes en nuestros tiempos. Autor de varios textos ("Die ende der Kapitalismus wie wir ihn kennen", "Der grosse Krach oder die Jahr hundertkrisevon Wirtschaft und Finanzen, von Politik und Natur") el autor señala las esenciales interrelaciones que se dan entre la dinámica y el despliegue del capitalismo que consisten en la brecha entre la riqueza y la miseria y la devastación a escala planetaria del mediomabiente. El capitalismo no permite alternativas. El slogan del "crecimiento ilimitado" en beneplácito del supuesto (que nunca se cumple...) desarrollo humano es uno de sus caballitos de batalla. Pero dicho supuesto no carece de falencias:

"Las leyes de la naturaleza no pueden ser ignoradas. Quiere decir que en la tierra no existe un movimiento perpetuo para un crecimiento sin freno porque la naturaleza es lenta y es finita y puede colpsar bajo el peso creciente del consumo de tierras, materia y energía. Dentro de estos límites, el crecimiento económico sólo puede darse temporalmente y de ninguna manera en forma permanente porque todos los ciclos de reproducción ecológica pueden dislocarse. El dilema del crecimiento es la contradicción entre las leyes de la acumulación de capital y las leyes de un uso de la naturaleza sostenible en el tiempo; son planos que no pueden coincidir jamás. Es un caso típico de mensaje esquizofrénico: no puede haber sumisión a dos amos, se sirve a la naturaleza o al capitalismo..." ("Los límites del capitalismo", edición en satellano p.75)

A nuestro modesto criterio; ateniéndonos en parte a lo que afirma Altvater, la "salida del capitalismo (así como lo conocemos) sólo es posible si somos capaces ejercer un cambio de sensibilidad, de una apertura existencial hacia otro tipo de pensamiento que conlleve hacia un estilo de vida alternativo. Para ello no solamente deberán revisarse conceptos (dogmáticos y "religiosos" como la "acumulación", el crecimiento", etc.) sino que deberemos reafirmar proyectos económico-políticos que puedan reemplzar la competencia por una economía de la solidaridad, e decir; "lo deseable es una economía que conscientemente subordine la lógica del mercado y la pretensión de bajar los costos de la producción a los valores de seguridad, equidad y solidaridad social" (Walden Bello).

La utilización de las "energías alternativas" es posible. No sólo posible sino necesaria para la salvación de toda vida en el planeta. Pero, al parecer, segón Altvater, ni la energía eólica, ni fotováltica, ni la térmica o la biomasa resultan favorables a la ideología vigente. "Ninguna de ellas cumple con la condición de congruencia entre el sistema energético y el capitalismo que durante los últimos dos siglos y medio posibilitó una dinámica de crecimiento que no tiene parangón en la historia de la humanidad." (p. 65)

Con todo, sgún Karl Polanyi, autor al que Alvater hace referncia: "El sistema capitalista no es un resultado "necesario" o "natural" de la evolución social sino que tiene que ser impuesto violéntamente por el aparato del Estado a petición de las clases burgueses y mercantiles" (Op. Cit, p. 55)

El mundo está en crísis. Con la crisis financiera mundial se comienza a perfilar paulatinamente la incertidumbre existencial a escala planetaria. La tierra muestra un límite. La creciente miseria social, las absurdas guerras y la devastación ambiental ya no son sostenibles. Como intelectuales nos compete advertir sobre todo ello. No podemos seguir ateniéndonos a tradiciones, escuelas o ni siquiera autores que no muestren una apertura pensante y afectiva a lo está sucediendo contemporáneamente. De nosotros depende, "estamos sólos, no hay excusas" (Sartre). Nuestros hijos, nietos o parientes futuros nos agradecerán o maldecirán por ello...

2 comentarios:

  1. A ver quien propone un sistema diferente e innovador capaz de reemplazar el actual sin caer en el delirio teórico y solo teórico en que cayo el comunismo....besote.

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  2. Capitalismo no resiste..

    Besos tio!

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