jueves, 16 de julio de 2009
El vampiro de la dominación o el ángel de la reciprocidad...
Así como Nietzsche habló sobre fuerzas "activas" y fuerzas "reactivas", de la moral del "amo" y la del "esclavo", en el plano de las relaciones humanas podemos distinguir entre relaciones de sumisión y relaciones de reciprocidad.
Siguiendo a José A. Marina hay que decir que "aquellos que vampirizan , viven succionando el ánimo ajeno."
En cambio, aquellas personas que hacen "nacer en nosotros el entusiasmo, el sentimiento de la propia valía", nos permiten crecer y desplegar nuestra propia vocación personal. A mi criterio podemos distinguir dos tipos de personas, atravesadas por diferentes "cadencias": la cadencia vampirezca y la angelical. El vampiro/a succiona tu sangre, tu energía vital, y arroja tu proyecto hacia el "suelo" de la mera supervivencia. Las personas con movimiento, o cadencia angelical, en cambio, te permiten ser; ser lo que "debes ser". Su entusiasmo cachetea la vulgaridad transformando lo anodino y cotidiano en una aventura de la vida. Estamos atravesados..., por ambos. Pero soy "optimista": de nosotros depende saber distinguir, entre ambos, para elegir y elegir-nos...
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Hola Delivery Boy:
ResponderEliminarMuy buena la entrada. Es análogo a decir que existen líderes natos, cuya conducta realza en nosotros lo mejor y pseudolíderes que en verdad son chupasangres, manipuladores y terminan arruinándonos de no mantenernos desapegados de sus estrategias.
La neurosis imperante hace que confundamos ambos planos porque el líder nos "deja a nuestra suerte o libre albedrío" mientras que el pseudo nos "manipula": la mejor forma de reconocerlos es reconocernos: soy cordero o soy lobo. Muchos de nosotros nos sentimos mas cómodos siendo conducidos que transitando un camino más áspero y personal de autoconocimiento y consciencia mayor. De aquí el poder de unos u otros. Ellos tienen el poder que uno les otorga.
Cariños,
Anémona Anónima
Ese es un problema en palabras mayores, por que creo que hay muchos más vampiros que ángeles, sobre todo en esta época de crisis es cuando los vampiros salen de sus cuevas, profetizan desastres, ven la peor posibilidad de las cosas siempre. Creo que se lucha ignorándolos, el espíritu humano es en el fondo muy fuerte y muy valiente, con una valentía que permite llegar al extremo que es a lo que creo que le temen los vampiros, a los extremos de la vida, creen en una estabilidad anémica, sin arriesgar mucho.
ResponderEliminarHay que tener cuidado también por que el vampiro te vampiriza, cuando te extraen sangre te vuelven como ellos.
Saludos, Matias.
Un placer pasear por tu blog, y gracias por tu comentario
ResponderEliminarUn saludo
Delivery:
ResponderEliminarPersonalmente creo que todos tenemos una parte de vampiro y otra angelical, depende desde la perspectiva de que nos veamos. Tanto nosotros como los demás, nos lleva toda la vida conocernos y darnos cuenta hasta que punto somos buenos y justos. Creo que todo el mundo es bueno y justo hasta que se puede demostrar lo contrario. Mucha gente no te perjudica porque no tiene como, por eso es importante poner a prueba al otro dando algún tipo de poder, donde le des la oportunidad de perjudicarte. De esta manera sabes hasta que punto podes llegar.
Un beso
Pato
muy bueno Deli!! "el entusiasmo cachetea la vulgaridad" está genial!!, me encantó, beso grande
ResponderEliminarQué bueno sería que las relaciones fueran también de "libertad", expresar lo que uno cree, con respeto, con humildad, sin temores. En otras palabras, ser asertivos. Nada hay más rico en la comunicación humana que el diálogo entre dos personas asertivas y sanas que intercambian opiniones libremente, sin prejuicios, dispuestos a escuchar y a comprender al otro y a expresarse sin complejos. Ni amos, ni esclavos, solo personas...
ResponderEliminarJuan Manuel Bulacio
Acabo de descubrir tu blog y es realmente interesante, muy substancioso, enhorabuena! Yo pienso que lo que hay es personas que se saben valer por si solas y grácias a su independència son capaces de aportar más que pedir. Y personas que no saben estar solas, que buscan en los demás su autorealizacion y su felicidad, este error, les hace absorver de los demas lo que se sienten incapaces de crear por si mismos. No crearia barreras entre unos y otros, són iguales, solo que unos han sabido buscar dentro de si mismos, y los otros viven condenados a perderse más cuanto más se busquen, porque buscan equivocadamente. un saludo!
ResponderEliminarInteresante texto. Te dejo un beso, cuidate.
ResponderEliminarMucho chupasangre suelto. Buen post. Un saludo
ResponderEliminarEs un pensamiento fantástico, y lo describes con una claridad meridiana. Lo que se tiene que cuidar es no convertirnos en vampiros y ángeles al mismo tiempo.
ResponderEliminarTu estás en la cadencia angelical, los de la cadencia vampira, se te enganchan como una gelatina pegajosa que no hay manera de sacárselos de encima.
No quiero pensarlo.
He venido aquí para añadirte a mi blog albercainda que como lo dedico a los niños y a las flores, es el más puro de todos y al que tu viniste primero.
Creo que ho soy bastante más rica que ayer al poseerte.
Un abrazo con todos mis brazos.
Me atrevo a decir que quizas tengo un poco de ambas y que esta bueno eso. Pero cuando hablas de vampiros, podria decirse que uno sea un chupasangre pero no en el sentido de absorver lo mas posible de los demas para disminuirlo; sino poder absorver lo bueno de los demas, para aprenderlo e incorporarlo....seria como una chupasangre-angelical !!!!!!
ResponderEliminarA lo largo de la vida te das cuenta de estas gentes....o eso creo o al menos que usen un muy buen disfraz...
Saludos.
Moni
Creo que el hombre es un ser dual, en el que habitan y cohabitan diferentes personalidades entre las que se mueve como pez en el agua. También doy por hecho que una de esas personalidades es más predominante, ese predominio es el que al final llega a convertirnos en ángeles o vampiros,
ResponderEliminarSaludos
Me prendo un poco al concepto de Anémona Anónima de verlo desde las teorías del liderazgo.
ResponderEliminarEl vampiro es el típico "administrador", chato, controlador, mezquino en todas sus acciones, de esa mezquindad que no es otra que retoño del miedo a lo nuevo, a los distinto, al crecimniento personal, a verse relegado ante una conducta o idea mejor.
El líder es diáfano, innova originalmente, asume riesgos y no teme, sino que necesita, verse superado por ideas de sus pares ya que cuando se trabaja en conjunto los logros son de todos.
Volviendo a lo cotidiano no hay que elevarse sobre ningún Parnaso para ser líder, nuestra vida ya es tamaña empresa de ser realizada adecuadamente y con orgullo.
Abrazos.
Tavo.
Creo que la mejor forma de discernir qué somos , cómo somos , es tratar de ser coherentes, lo cual no es sólo una palabra, sino tratar de evaluarnos de la misma forma que evaluamos a los demás. Y después asumir. Saludos!
ResponderEliminarAgradezco los sugestivos y valiosos comentarios y le doy la bienvenida a los nuevos seguidores.
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