lunes, 28 de febrero de 2011

En la búsqueda del arraigo


"Pero que nadie diga que el destino nos separa. Somos nosotros, ¡nosotros!, quienes nos gozamos en lanzarnos a la noche de lo desconocido, a la fría ajenidad de algún otro mundo; si fuera posible, abandonaríamos la región alumbrada por el sol y nos precipitaríamos allende las lindes de la estrella errante. ¡Ah!, para el desenfrenado pecho del hombre no es posible patria alguna." Hölderlin, Hyperion o el eremita en Grecia.

sábado, 26 de febrero de 2011

Jose Pablo Feinmann: La filosofía y la historia embarradas...

Finalmente pude terminar de leer este extenso libro. Ciertamente, lo leía casi siempre un rato por las noches, su lectura es amena y nada complicada por tratarse de un texto filosófico.
El mérito de Feinmann consiste en que es un filósofo "jugado" y eso lo demuestra muy bien a lo largo de las 797 páginas del presente texto. Como son clases de filosofía que él impartió personalmente el libro mantiene esa frescura necesaria como para entretener y hacer pensar al lector. Da la impresión que el autor está ahí, delante, hablándote. En ese sentido es un texto muy bien logrado. Su apelación a diversas tramas o partes de películas y también su alusión a la música y al arte en general hacen que la lectura resulte amena.
Hasta aquí rescato lo escrito en el texto. Sus lecciones sobre Hegel, Marx y Sartre me parecen especialmente interesantes. No tanto su visión de Nietzsche y Heidegger. Aquí es donde el autor no solamente muestra su poca comprensión de los textos de estos filósofos sino que, inclusive, recae en cierta tergiversación de los mismos. Dicha tergiversación repercute, en gran parte, sobre su mirada actual del mundo contemporáneo.
Es una lástima que Feinmann NO haya entendido a Heidegger. Su no comprensión del mismo me motivó a abrir un sitio en Facebook que, precisamente, se denomina: "José Pablo Feinmann no entendió a Heidegger". Mi idea es (en algún momento, cuando me de el tiempo) filmar algún video indicando las grandes contradicciones en los que cae este autor. Lo mismo podría hacerse con Nietzsche, y algunos autores posmodernos que Feinmann cita.
Se puede ser sartreano-marxista y estar en contra de la actual política que maneja al mundo tecno-capitalista-globalizado. Podemos estar o no de acuerdo con dicha visión. Lo que NO se debe hacer (y menos en un autor tan mediático como Feinmann) es tergiversar los textos, los pensamientos de un pensador, poner en boca del autor lo que el autor no dice y otras cuestiones más.
Una lástima, no por su ideología que en gran parte no comparto, sino por su lectura reductiva y en gran parte engañosa.
Una pena, porque el texto, pese a todo resulta interesante. A pesar de sus tergiversaciones...

jueves, 24 de febrero de 2011

Volvimos...


después de las "vaca" nos tomamos un helado.
Y aquí, nuevamente, estamos (!)